sábado, 19 de enero de 2008

Lamias y empusas

En el mundo antiguo el vampiro encuentra su primera identificación en figuras pertenecientes al séquito de Hécate, la reina del mundo de los espectros. La más tétrica y diabólica de este grupo, que puede ostentar la primogenitura del vampiro, del que posee numerosos rasgos, es la Empusa, demonio femenino capaz de adoptar diversos aspectos, entre los que se encuentran el de perra, vaca o hermosa doncella. Bajo esta ultima apariencia, estos demonios femeninos yacían con los hombres por la noche succionado su fuerza vital y provocándoles la muerte. La Empusa es por tanto un demonio súcubo. Este concepto llega probablemente a Grecia procedente de Palestina, donde tales demonios eran llamados Lilim (hijas de Lilit).
La Lamia en libia era considerada la hija de Belo, que reinaba en aquella región. Zeus se prendo de ella y tuvieron varios hijos, pero todos ellos a excepción de Escila fueron muertos por Hera, que los hizo perecer llevada por los celos. Entonces Lamia se convirtió en una madre desnaturalizada que devoraba a sus propios hijos y a los de otras madres, y tan cruel que su rostro se transformo en una mascara de pesadilla. Dice también la leyenda que Zeus le concedió el poder de sacarse los ojos de las órbitas y volvérselos a poner a su antojo, con el fin de poder ver mientras dormía. Durante el sueño era inofensiva, pero en estado de vigilia vagaban por las tinieblas, siniestro fantasma sediento de sangre, para lanzarse contra los niños y desangrarlos hasta la ultima gota.
Mas tarde, cuando se añadió al mito de la sangre el elemento erótico, la Lamia se unió a las Empusas, adquiriendo las mismas características de súcubo. Juntas yacían con los jóvenes y les succionaban la sangre mientras estaban inmersos en el sueño. Las dos figuras llegan a confundirse con mucha frecuencia, hasta el punto de constituir una entidad única.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡Muy interesante tu blog! Estoy buscando información para el segundo tomo de una trilogía protagonizada por un dhampiro y me gusta mucho tu enfoque. No sabía lo de las hijas de Lilith...